Aprender aprender
Ha sido
postulado como los uno de los pilares que expresan los nuevos desafíos que
debe enfrentar la educación en el marco de las profundas transformaciones que
vive la sociedad. El primero de ellos sintetiza los desafíos educativos
desde el punto de vista del desarrollo cognitivo. Para comprender las razones
por las cuales ha sido posible y necesario postular este pilar, es preciso
tener una visión acerca de las tendencias y las lógicas que actualmente
predominan en la dinámica de lo que ha dado el llamarse "sociedad del
conocimiento".
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Aprender a aprender
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Los pronósticos acerca de la importancia creciente que asumirá la función de
aprender a aprender en la educación del futuro, se basan en dos de las
características más importantes de la sociedad moderna:
ü La significativa velocidad que ha adquirido la producción de
conocimientos.
ü La posibilidad de acceder a un enorme volumen de información.
A
diferencia del pasado, los conocimientos e informaciones adquiridos en el
período de formación inicial en las escuelas o universidades no permiten a
las personas desempeñarse por un largo período de su vida activa. La
obsolescencia será cada vez más rápida, obligando a procesos de reconversión
profesional permanente a lo largo de toda la vida. Pero además de la
significativa velocidad en la producción de conocimientos, también existe
ahora la posibilidad de acceder a una cantidad enorme de informaciones y de
datos que nos obligan a seleccionar, a organizar, a procesar la información,
para que podamos utilizarla.
En estas condiciones y para decirlo rápidamente, la educación ya no podrá
estar dirigida a la transmisión de conocimientos y de informaciones sino a
desarrollar la capacidad de producirlos y de utilizarlos. Este cambio de
objetivos está en la base de las actuales tendencias pedagógicas, que ponen
el acento en los fenómenos meta-curriculares.
Si el objetivo de la educación consiste en
transmitir estos conocimientos de orden superior, el papel de los docentes no
puede seguir siendo el mismo que en el pasado. Su función se resume, desde
este punto de vista, en la tarea de enseñar el oficio de aprender, lo cual se contrapone al actual modelo de
funcionamiento de la relación entre profesor y alumno, donde el alumno no
aprende las operaciones cognitivas destinadas a producir más conocimiento
sino las operaciones que permiten triunfar en el proceso escolar. En el
modelo actual, el oficio de
alumno está basado en una dosis muy alta de instrumentalismo,
dirigido a obtener los mejores resultados posibles de acuerdo a los criterios
de evaluación, muchas veces implícitos, de los profesores.
En qué consiste el oficio de aprender? este concepto evocan la metáfora del
aprendizaje tradicional de los oficios, basado en la relación entre el
experto y el novicio. Pero a diferencia de los oficios tradicionales, lo que
distingue al experto del novicio en el proceso de aprender a aprender es la
manera como encuentran, retienen, comprenden y operan sobre el saber, en el
proceso de resolución de un determinado problema.
A partir de esta pareja "experto-novicio", el papel del docente se
define como el un "acompañante cognitivo". En el proceso clásico de
aprendizaje de determinados oficios, el procedimiento utilizado por el
maestro es visible y observable. El maestro muestra cómo se hacen las cosas.
En el aprendizaje escolar, en cambio, estos procedimientos están ocultos y el
maestro debe ser capaz de exteriorizar
un proceso mental generalmente implícito. El "acompañante
cognitivo" debe, por ello, desarrollar una batería de actividades
destinadas a hacer explícitos los comportamientos implícitos de los expertos,
de manera tal que el alumno pueda observarlos, compararlos con sus propios
modos de pensar, para luego –poco
a poco– ponerlos en
práctica con la ayuda del maestro y de los otros alumnos. En síntesis,
pasar del estado de novicio al estado de experto consiste en incorporar las
operaciones que permiten tener posibilidades y alternativas más amplias de
comprensión y solución de problemas.
El concepto de "acompañante cognitivo" permite apreciar los cambios
en el rol del maestro o del profesor como modelo. En el esquema clásico de análisis de la profesión
docente, el perfil "ideal" del docente era definido a partir de
rasgos de personalidad ajenos a la práctica cotidiana de la enseñanza. En
este nuevo enfoque, en cambio, el docente puede desempeñar el papel de modelo
desde el punto de vista del propio proceso de aprendizaje.
La modelización del
docente consistiría, de acuerdo a este enfoque, en poner de manifiesto la
forma cómo un experto desarrolla su actividad, de manera tal que los alumnos
puedan observar y construir un modelo conceptual de los procesos necesarios
para cumplir con una determinada tarea. Se trata, en consecuencia, de
exteriorizar aquello que habitualmente es tácito e implícito.
Sobre estas bases, el desempeño docente permitiría, al menos teóricamente,
superar algunos de los dilemas típicos de los profesores de enseñanza
secundaria, particularmente el dilema producido alrededor de la identidad del
profesor como educador o como especialista en su disciplina.
Aprender a aprender también modifica la
estructura institucional de los sistemas educativos. A partir del momento en
el cual dejamos de concebir la educación como una etapa de la vida y
aceptamos que debemos aprender a lo largo de todo nuestro ciclo vital, la
estructura de los sistemas educativos está sometida a nuevas exigencias. La
educación permanente, la articulación estrecha entre educación y trabajo, los
mecanismos de acreditación de saberes para la reconversión permanente, etc.
son algunos de los nuevos problemas y desafíos que la educación debe
enfrentar en términos institucionales.
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